Sectas coercitivas I

Las sectas coercitivas son un grupo totalitario que emplea estrategias de abuso psicológico para captar a las personas y someterlas a la dependencia de grupo (Rodríguez- Carballeira y Almendros, 2006). Esta dependencia de la secta coercitiva, su líder y su doctrina, implica que queda muy reducida la autonomía personal y la capacidad de autogobierno de los adeptos.

Las tácticas manipulativas (medios coactivos-coercitivos) están apoyadas en la Psicología social básica y son utilizadas diariamente intensa y continuadamente hasta que los miembros dejan de tener pensamiento crítico (tomar sus propias decisiones) y viven en la negación.

Características de un grupo abusivo.

Las motivaciones que puede proponer una secta puede ser varios: superación o crecimiento personal, culto a una divinidad, protección ante una catástrofe, movimientos para mejorar el mundo (utopías autosuficientes),etc.

Las principales características de una secta son:

Líder carismático autoritario y con exigencias de veneración.

Seguidores fanáticos.

Ideales extremos.

-Programa de adoctrinamiento (control mental).

Explotación sexual, financiera o de algún otro tipo a sus miembros.

Las sectas se definen no tanto por las ideologías que mantiene el grupo, más bien, un grupo es considerado una secta por los comportamientos de sus miembros y el uso de estrategias manipulativas de influencia y control con que son explotados para conseguir un fin concreto dictado por el líder: logro de poder.

Fases de involucración.

La involucración en un grupo abusivo suele darse de forma gradual. En una primera fase de atracción-seducción estos grupos cuidan mucho dar una primera imagen favorable mostrándose muy entusiastas, realzando las similitudes con el miembro potencial, generando sensaciones de comprensión y protección hacia un ideal común. En la segunda fase de captación se busca la aceptación expresa de la persona de formar parte del grupo animándole con un amplio abanico de estrategias a adoptar actitudes y realizar comportamientos que ya forman parte del funcionamiento del grupo. Una tercera fase de conversión donde se insta al nuevo miembro a aceptar como correctas las creencias del grupo y asumir una nueva identidad personal (cambio de nombre, vestimenta, celebración de rituales, etc). Por último, una cuarta fase de adoctrinamiento en la que el individuo recibe refuerzo por pertenecer al grupo y está implicado en acciones que dificultan el futuro abandono del grupo (Rodríguez- Carballeira y Almendros, 2017).