El caballero de la armadura oxidada no es un libro…es una experiencia que expande nuestra mente, que nos llega al corazón y alimenta nuestra alma. Sus profundas enseñanzas éticas son de una sencillez y humildad tal que se consiguen interiorizar naturalmente y la riqueza de su prosa nos inunda de belleza.
El protagonista, un caballero deslumbrado por el brillo de su propia armadura, a pesar de ser bueno, generoso y amoroso, no consigue comprender y valorar con profundidad lo que tiene, descuidando «sin querer» las cosas y las personas que le rodean.
Su armadura se va oxidando hasta que deja de brillar y, cuando se da cuenta, ya no puede quitársela.
Prisionero de sí mismo, emprende entonces un viaje al final del cual, gracias a la ayuda de diversos personajes, logra deshacerse de la armadura que le ha imposibilitado abrirse al mundo. Este libro nos enseña, con un sutil sentido del humor, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para poder ser capaces de dar y recibir amor en abundancia.
En este libro uno comienza mirando fuera y acaba, irremediablemente, mirando hacia dentro de uno mismo. En este viaje uno comprende la importancia del autoconocimiento y la autoestima, de estar en el momento presente para evolucionar, de la aceptación de lo que es (a pesar de las expectativas), de la importantísima diferencia entre la necesidad y el amor, de la necesidad básica que constituye el autocuidado si queremos ser buenos cuidadores de los demás… En definitiva, una invitación a reconocer nuestra propia «armadura», dejar caer «nuestras barreras» y confiar.